Casilda García Archilla
Pensamiento y
poesía forman un cuestionamiento que aquieta las relaciones posibles del
lenguaje. Sin embargo, en el despliegue del barroso, los textos aquí presentes
funden un manto aleatorio, una mixtura conjugante de géneros, cuyos desajustes
amplían un doblez continuo. Imágenes poéticas, detritos de citas o términos
casi sin pasar el túnel de la traducción. Espacios intermedios que buscan
aprovechar un habitáculo. Discurrir impersonal de voces que fluyen rehuyendo
binarismos. Débora Fernández nos convoca a pensar nuevamente en el despliegue
del poema y sus lindes de escritura.
Si acaso
suplencia que me socorre y fustiga mi lente cada vez que juegas
en el aparecer.
Arquearía fibroso el examen de mi
existencia,
en razón de la más
edulcorada posibilidad de una reserva.
otorgaría
licencias como cápsulas boreales
prorrogaría el más nimio embarazo que atentase en
contra de las grupúsculas ocasiones sensibles que musitan la levedad de tus
acechos
solo para condonar, en la vertiente
el raso abierto de
los vástagos pasajes que almendran el sabor de tus ausencias.
con lo derruido como objeto
dejaría de ocultar
lo tartamudeado
dando cara al gen
de aquella templanza
que instituye la insomne
iridiscencia de tu
¿o mí?
(i)
realidad
cóncavo
vez,
sufrida del muelle de cardinalidades
sonoras
y
escucha lo murmúrea,
una batida de
ablaciones reedita el confort de mis sensaciones.
la bienaventuranza emboba y la asignación de
sentido arrecia en lo desasido,
tus somnolencias.
ensimismada por vía de la sintaxis de
silencios palidicentes
sentencias el
ámbar que en el exterior de mi cóncavo te instiga.
de vida en tu seno por la creencia que
al descalce,
aleja esta
pseudo desdicha
a partir de la que asilo la medianía de
nuestro adiós.
arrecife
holguras
pernocto en la
grieta.
Al interior, me
desdice un desliz:
una anémona díscola empalma un coral
abultado de rizos, sueños y desquites.
rémora de tus vocales,
des-lúcida.
seguramente una cala obsidiana sorbe el corso
mineral de tu piel
mientras enjuago
el tilo de mi esencia en el sedoso estribor de tus zumos y marañas.
Sucedánea de
solvencias y en flácidas depresiones
instalas lo
nunca-fecunda
cual desierto
túrdido en la letra de mis ojos, e indago
en lo pronto, un aprehender a la madre que
no es en mi lengua.
desatando el vuelo que engrandece la
economía de tus envolturas.
aludesrisueña en mi oído el nombre de la muerte-vida:
ya incrédita,
desertificada en la tajada
circunfleja de espesuras,
proclara
de una liquidez de arrecife
encaras al fin (en
mí) el insulto de un syn.fin
Débora Fernández (1988, Santiago) Profesora de Filosofía (UMCE), activista
(CERES) e investigadora (UNAB) transfemenina no
binarie. Editora del libro Hebras. Escenas, Performatividades y
Escrituras (2018), autora de ensayos y columnas en torno a los
estudios trans*, derechos humanos, filosofía posthumanista y feminismos no
hegemónicos.