ROBAR LA ALDEA, de Álvaro García Hernández

 

*



Frases inconclusas 
melladas bajo la centuria 
exponen nuestro deseo 
tachaduras fuera de la metáfora


*

Perdimos hablar de los días más extraños, 
la salud de los órganos, robar mercadería. 
Confundir el amanecer con el insomnio.



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Bajé en dirección del rastro de sangre, 
corría por los canales sin éxito alguno. 
Nadie regalaba a sus culpables ni la lluvia 
detenida por los troncos.



*



Trajeron al mar 
precario en la palabra. 
Discute sobre el cielo 
y su altura 

Alguna regla que deba 
lealtad -pueblos dentro 
del bosque agónico- 
a su propio paradigma rocoso



*



Ocupo todos los asientos, 
no hay nada más que hacer. 
Me recuesto a lo largo y ancho 
de este tránsito, son lugares míos 
por ausencia 
cuerpos o emociones, 
rostros donde siento fronteras 
entre el piso y el timbre

*



El ulmo en medio 
del camino nos hace uno. 
Su neblina es pulmón herido 
que entra de regreso entre los silencios 
de nuestra conversación. 
Ayúdame a entrar 
mi casa al bosque



*



No importa 
Si arrendamos un día 
Lejos, sobre ruinas

*



Muerdo el cuello del polerón 
para bajar el cierre con una sola mano. 
Más adelante aplasto una lata cerca, 
me queda en el pie izquierdo por dos cuadras 
y cruje su aluminio dándome bienvenidas 
elegantes de insolación



*



Vienes de tan lejos 
a morir sin esquivar mis manos. 

Vienes 
a darme trabajo. 

Y levantarme de la silla, 
cortar tu aleteo, que te detengas. 

Golpeo tu trayectoria, la radio 
dispara un comercial 

El cadáver de los extranjeros 
en mi comedor.




Álvaro García Hernández (Coquimbo, 1994). 
Licenciado en Historia. Ha publicado Percusión al borde del torso (Armatia Ediciones, 2018) al alero del taller de poesía en el Centro Cultural Manuel Rojas. Es guitarrista en Exhumar, banda hardcore punk, su primer álbum «Diálogos de barro» fue lanzado en el año 2019.